Está lo fríbolo, lo superficial, lo mundano y lo vano. Y por el otro lado tengo lo profundo, conciente y maduro si se quiere. Lo que de verdad importa. Creo que estoy en el medio, en cuanto a mi mentalidad concierne. Me siento incómodo con migo mismo. Quisiera tener una mentalidad completamente madura y poder ver lo que de verdad importa de las cosas.
Llegué a darme cuenta de cuán vacíos somos la mayoría de las personas, privilegiando cuestiones meramente estéticas y no valorando las cosas realmente importantes. Pero también existe el otro extremo. No podemos pretender dejar de hacer aquello que nos puede llegar a hacer feliz solo por miedo a ser considerados frívolos.
En sí ningun extremo nunca es bueno. Eso se sabe.
El problema es cuando el mundo y las personas se vuelven tan caretas que te desconcierta de cierto modo, lo cual me da gracia... uno no sabe para dónde agarrar.
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